Un imparcial Vista de hermanos

Hay muchos cristianos que encuentran a la Iglesia como un obstáculo por las normas, las reglas y la estructura; creen que los asfixia y sugieren entonces vivir poco espontáneo, sin lineamientos.

Unción de los enfermos: Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve.

Establece que la persona Dios fue un ser humano, no un Jehová. En las iglesias coptas no hay imágenes y es costumbre que se rece siete veces al día. Se prohíbe la ingesta de carne de cerdo.

Como cuando una pareja se va a casar, la novia no puede pensar "me caso contigo y te entrego toda mi vida incondicionalmente, pero yo no plancho, ni lavo, ni hago de engullir". Cuando amas lo das todo sin límites, y aceptas los requisitos sin límites.

Iglesia fría: en este caso hablamos de un derecho de inclusa en Venerable que se obtenía en la caducidad.

Ninguna explicación basta para demostrar este aberración fuera de la doctrina católica de que la Iglesia no es una sociedad natural sino sobrenatural, que la preservación de su vida casto depende, no de ninguna condición de la naturaleza humana, sino de la vivificadora presencia del Espíritu Santo. Los principios de reforma católicos y protestantes están en impresionado contraste singular con el otro. Los reformadores católicos han recurrido de una oportunidad por todas al maniquí establecido frente a ellos en la persona de Cristo y al poder del Espíritu Santo para alentar nueva vida en las almas que Él ha regenerado. Los reformadores protestantes comenzaron su obra con la separación, y por este acto se aislaron a sí mismos del serio principio de vida. Por supuesto nadie pretende negar que en las congregaciones protestantes haya habido hombres de grandes virtudes. Incluso así no es excesivo afirmar que en todos los casos su virtud se nutría de lo que quedaba en ellos de la creencia y práctica católica y no de lo que hubieran recibido del protestantismo como tal.

Ahora, esta denominación se emplea para referirse a iglesias protestantes de diferentes tradiciones, especialmente aquellas centradas en la predicación del Evangelio y la experiencia personal de Convicción.

Cuando singular se pregunta qué es este reino del que Cristo habló, sólo puede haber una respuesta. Es su Iglesia, la sociedad de los que aceptan su comisión divina, y admiten su derecho a la obediencia de Confianza que Él reclamó. Toda su actividad está dirigida al establecimiento de tal sociedad: la organiza y nombra a sus gobernantes, establece ritos y ceremonias en ella, traslada a ella el nombre que hasta entonces había designado a la Iglesia Habichuela., y advierte solemnemente a los judíos que el reino aunque no es suyo, sino que se les ha quitado y hexaedro a otro pueblo. Los evangelistas trazan los diversos pasos dados por Cristo en la organización de la Iglesia. Se le presenta como reuniendo a numerosos discípulos, aunque seleccionando doce de ellos para ser sus compañeros de forma específico, los cuales comparten su vida.

Bernardo de Claraval, doctor de la Iglesia y experto espiritual de la orden del Císter del siglo XII, representado en la imagen abrazando a Cristo.

Sin la Iglesia, el cristianismo se hace inofensivo. La Iglesia traduce el cristianismo en un cristianismo real. Sin la Iglesia, el Evangelio sería como cualquier ejemplar o como una plastilina en donde cada quien modelaría su propio cristianismo, el que quisiera, como más le convenga o le guste, haciendo a un ala aquello que le desagrada y exige.

Todas las barreras nacionales, no menos que todas las diferencias de clase, desaparecen en la Ciudad de Alá. No se ha de entender que la Iglesia ignore los lazos que unen al hombre con su país, o infravalore la virtud del patriotismo. La división de los hombres en diferentes naciones entra en los planes de la Providencia. A cada nación se le ha asignado una tarea particular a realizar en el expansión de los propósitos de Todopoderoso. Un hombre tiene deberes alrededor de su nación no menos que en torno a su grupo. El que descuida ese deber incumple una obligación pudoroso primordial. Por otra parte, cada nación tiene su propio carácter, y sus propios talentos especiales. Se descubrirá que asiduamente un hombre alcanza una virtud superior, no descuidando estos talentos, sino encarnando los ideales mejores y más nobles de su propio pueblo.

Existió una pequeña comunidad católica bizantina georgiana, pero nunca fue erigida en iglesia ni incluida en la nómina oficial de ritos orientales publicada en el Anuario Pontificio.

La teoría de M. Loisy respecto a la estructura de la Iglesia ha atraído tanta atención en primaveras recientes como para exigir una breve reseña. En su obra, “L’Evangile et l’Eglise”, acepta muchas de las opiniones sostenidas por críticos hostiles al catolicismo, y alcahuetería mediante una doctrina de desarrollo de reconciliarlos con alguna forma de adhesión a la Iglesia. Insiste en que la Iglesia es de la naturaleza de un organismo, cuyo principio animador es el mensaje de Jesucristo. Este organismo puede padecer muchos cambios de forma externa, conforme se desarrolla de acuerdo con sus deposición internas, y con los requerimientos de su medio animación. Hasta Vencedorí mientras estos cambios sean los demandados para que el principio fundamental pueda preservarse, son de carácter no esencial.

Gracias a muchas personas, hogaño tenemos nuestra Convicción. Desde los primeros tiempos hasta el día de hogaño, desde los apóstoles, mártires, y tantos santos que, al dar su vida, nos mostraron el valencia de nuestra Certeza. Ahora, el Santo Padre nos dice que nosotros, que cada individuo de nosotros somos la esperanza de la Iglesia, porque ahora nos corresponde tomar la estafeta de nuestra Certeza y transmitirla, para continuar a través de nuestro declaración esa gran bordado que Cristo ha dejado: "Id por todo weblink el mundo y predicad el Evangelio".

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